martes, 2 de mayo de 2017

Reseña: Subsuelo - Marcelo Luján



-Editorial: Revólver
-ISBN: 9789874626011
-219 páginas

Existen millones de caminos para llegar a una novela o para que una novela llegue a nosotros. En el marco del FILBA realizado en Bariloche tuve la oportunidad de asistir a una entrevista que se le realizó a la escritora argentina Claudia Piñeiro ("Las viudas de los jueves", "Tuya") y, entre todas las cosas que dijo, me quedó en la cabeza el nombre de una novela que recomendó, una novela negra que poco tiene de policial, pero que para ella fue una de las mejores historias a las que se ha acercado. Nombró como al pasar también que había ganado el premio Dashiell Hammett 2016. Con esos papiros me obsesioné un poco y, una vez el libro en mis manos, dejé todo lo que estaba haciendo y me metí de lleno en la historia.

"Subsuelo" comienza en una reunión realizada durante unas vacaciones, en la cual el acercamiento entre los hijos de unas parejas de amigos desencadenará una serie de hechos que cambiarán la vida de los asistentes y reflotará viejos fantasmas. Esta es la tercer novela del escritor argentino radicado en España.

Hay varias puntos para destacar en esta obra. En primer lugar, ésta es una novela de la cual es mejor no saber nada para poder disfrutarla mejor. La cantidad de información que va largando el narrador y el ritmo vertiginoso de la trama te enganchan completamente, al tiempo que te mantienen acomodando todos los datos y personajes, por lo cual el saber de antemano algo puede ser contraproducente en el efecto que el autor está buscando. 

En segundo lugar, es necesario destacar que "Subsuelo" no es una novela policial clásica. Marcelo Lujan toma elementos de la novela negra y los pone en movimiento en una trama con mucho suspenso y muchísima mala leche. Es una novela para sentirla y experimentarla, en la que los acontecimientos se van encadenando con historias paralelas, historias de un pasado que no termina de desvanecerse y que aparece, hacia el final, con todo el peso necesario para marcar, nuevamente, la vida de los personajes y hacerlos pagar. Algunas veces con la vida, otras con la culpa y, por qué no, hasta con la muerte.

Por ultimo, la obra de Luján no es para un publico masivo. Cuestiones de estilo pueden ser motivo de alejamiento para cierto tipo de lectores. El autor propone un juego lingüístico en el que el desarrollo de la acción esta anclado fuertemente en el pasado. Luján juega con el material que tiene entre manos y, si bien es difícil entrar en su juego, una vez comprendidas las reglas, la historia se disfruta enormemente.

Ahora sí, vamos al análisis de la obra. Así que si van a leerla dejen la reseña acá. 

El autor se hace dueño de una voz potente que juega constantemente con los personajes, con los hechos, haciendo de la narración un juego lingüístico que justifica cada giro, cada revelación, cada hecho. Utiliza magistralmente los tiempos del relato, avanzando cuando lo cree necesario, pero también volviendo para ofrecer otros puntos de vista, para echar luz en aquellos huecos que no parecían relevantes y construyendo un ambiente opresivo en una geografía que contrasta fuertemente con lo que está ocurriendo.

Desde el principio, el narrador se presenta como poco confiable, con dudas, contradicciones. Muchas veces se guarda cosas, revisiona lo ya dicho; otras se adelanta a los hechos, pero lo hace con inteligencia, permitiendo que lo que pudiera parecer tramposo en el desarrollo de la trama, en los giros, este tamizado por la subjetividad de este narrador tan particular. 

Los personajes están magníficamente construidos, y esto se debe principalmente al estilo narrativo elegido por Luján que los convierte en rompecabezas que van tomando forma conforme avanza la trama. El narrador se refiere a ellos a partir de características físicas en un principio, pero en momentos específicos del relato les pone nombre. Por estilo se acerca muchísimo a José Saramago. Juega intercalando estilo directo e indirecto en los diálogos constantemente.

Hay un hecho que atraviesa toda la novela y que esta relacionado con una invasión de hormigas en la parcela donde transcurre la historia. Son múltiples los paralelismos que se van estableciendo entre la invasión y los hechos protagonizados por los humanos. La forma en que cierra la historia me pareció perfecta y creo que le da sentido a todo lo que ocurre. 

Encontrarme con "Subsuelo" fue un regalo, una sorpresa más que grata. Es una novela fuerte, maravillosa, bien escrita y que supone un soplo de aire fresco entre tanta novedad mediocre dando vueltas. Para tener en cuenta. 

5/5  

2 comentarios:

  1. ¡Muchas gracias, Julián!
    (Ya está en Twitter y Facebook)

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    Respuestas
    1. Hola! Es una sorpresa entrar y ver un comentario suyo. Muchísimas gracias por pasar y darle difusión a la reseña. Todavía sigo sin poder sacarme de la cabeza los personajes de "Subsuelo" y eso, para mí, es maravilloso. Gracias de nuevo y espero poder reseñar pronto alguna de sus otras obras

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